La historia de Estación Líquida, la agencia mexicana que aprendió a
adaptarse sin perder su esencia.
En un mundo donde la incertidumbre empuja a muchas agencias a cambiar su rumbo,
Estación Líquida eligió algo más que resistir: eligió fluir. Nacida en México y con una sólida
trayectoria en producción audiovisual, esta agencia vivió su mayor punto de inflexión en
plena pandemia, cuando el trabajo se detuvo de golpe y el equipo tuvo que reinventarse en
tiempo récord.
“Nos quedamos sin clientes, sin dinero y sin trabajo. Ahí entendimos el verdadero
significado de la resiliencia”, cuenta Edgar Ville, su fundador. De esa crisis nació un proyecto
paralelo de marketing digital que, con el tiempo, se integró de nuevo a Estación Líquida.
Hoy, la agencia retomó su rumbo original, enfocándose en lo que mejor sabe hacer:
comunicación para la industria.

El nombre Estación Líquida no es casual. “Tengo un crush con el agua: me gusta cómo
fluye, se adapta, limpia. Así trabajamos con nuestros clientes. Fluir no es dejar que las
cosas pasen, es hacer que pasen”, explica Edgar Ville. Esa filosofía atraviesa tanto el vínculo
con sus clientes como con su equipo. En sus propias palabras: “Aquí el conocimiento se
comparte. Nadie es experto en todo. Somos expertos en aprender”.
Actualmente, trabajan con grandes marcas de la industria automotriz —como Schaeffler,
SKF o ThyssenKrupp— desarrollando comunicación interna y externa. Si bien muchas de
sus producciones están protegidas por acuerdos de confidencialidad, su impacto es
tangible: ayudan a traducir mensajes globales a contextos locales, algo vital en entornos
multiculturales.
Estación Líquida es, en definitiva, una agencia que combina lo técnico con lo humano.
Que entiende la comunicación como un proceso colectivo y vivo. Y que, sin estridencias, sigue
apostando a lo esencial: construir desde la escucha, adaptarse con criterio y hacer que las
cosas sucedan.
Esta nota forma parte de una serie de historias que buscan poner en valor nuevas formas
de pensar y hacer comunicación desde espacios creativos con identidad propia.
Por Aitana Racciatti Grangetto
Coordinadora de Producción del FePI – Festival Internacional de la Publicidad Independiente